sábado, 16 de marzo de 2013

Alimentos caducados: ¿cuando tirarlos?

El mal estado de los alimentos puede afectar negativamente a nuestra salud. Saber cuando es mejor deshacerse de ellos nos ayuda a evitar más que una simple indigestión.

Antes que todo hay que diferenciar entre la fecha de caducidad y la fecha de consumo preferente: la fecha de caducidad de los alimentos está legislada por ley, mientras la del consumo preferente la dictamina el mismo fabricante. Pero, ¿cual es la diferencia entre las dos?




La fecha de caducidad se indica en aquellos productos perecederos que pierden su calidad higiénica y pueden provocarnos un problema de salud, mientras la fecha de consumo preferente indica que el alimento pierde sus cualidades nutrientes (principalmente las vitaminas) o sensoriales (sabor, color, aroma o textura). Sin embargo, hay que recordar que la fecha de caducidad es valida siempre cuando el alimento se mantenga en las condiciones de conservación señaladas en el envase. De misma manera, si un producto es fresco, no se puede romper la cadena de frío indicada en tales productos. Los que suelen resultar más problemáticos para la salud son los productos de origen animal y sus derivados, ya que contienen muchas proteínas, un pH intermedio y alta cantidad de agua, todos factores que fomentan la multiplicación de microorganismos.

El calor es una de las herramientas para evitar la proliferación de bacterias que pueden ser nocivas. Por eso es recomendable no solamente calentar un producto, sino esperar que hierva antes de consumirlo.


Vamos a ver algunos casos específicos para establecer si podemos o no ingerir el alimento:

Verdura: para asegurarnos que la verdura está en bueno estado la pieza tiene que estar entera, sana, sin humedad, y sin olores o colores extraños. Si vemos algo raro, debemos desechar toda la pieza o la parte afectada.

Yogur: uno de los alimentos que mas dudas provoca; los fabricantes suelen marcar como caducidad los 28 días después de su fabricación. Eso no quiere decir que sea peligroso para nuestra salud, sino que a partir de esa fecha, el producto será mas acido, por ejemplo, pero es apto para el consumo hasta las 5 semanas posteriores a su fabricación.

Salsas: lo que influye en la conservación de las salsas es la oxidación que provoca el oscurecimiento de sus pigmentos, cambiando su aspecto. A veces simplemente hay que eliminar la parte superior que se haya secado, aunque hay siempre que taparlas bien, no dejarlas al aire libre y comprar un tamaño adecuado a nuestras exigencias.

Zumos: una vez abiertos se conservan unos 3/4 días. A partir de ese momento empiezan a fermentar por lo que al tomarlos, podemos percibir un sabor ácido del liquido.

Pescado: el pescado está apto al consumo cuando los ojos son brillantes, las escamas están bien adheridas a la piel, las agallas tienen un color entre rosa y rojo brillante y huelen a mar. También es muy importante mirar que no hay anisakis, un parasito presente en algunos peces que puede afectar a las personas si el pez no está tratado de la manera adecuada (cocinado o congelado).

Huevo: en la Unión Europea se denominan huevos frescos aquellos que se consumen dentro de los 28 días desde la puesta de la gallina. Para saber si un huevo está en buenas condiciones se puede hacer un sencillo experimento; llenar un bote con agua e introducir el huevo: si se hunde se puede consumir, si no se hunde mejor tirarlo.

Carne: la carne debe ser firme y elástica, de color rojizo o rosado (dependiendo del animal), brillante en el corte y sin que haya liquido viscoso u olores desagradables, que indicarían un cierto estadio de putrefacción.

Fuente: Dietética y salud

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