Aunque la intolerancia a la lactosa se pueda detectar
viendo la reacciones del cuerpo al tomar la leche, existe un test que permite averiguar la presencia o no
de esta enfermedad: el Breath test al hidrógeno.
El test se basa en la evidencia de que si un azúcar no se
absorbe a nivel intestinal, se fermenta por la acción de la flora intestinal,
con la formación de grandes cantidades de hidrogeno, una parte de las cuales la
absorbe el colon y la otras se expulsan con la respiración. Se suministra
lactosa al paciente intolerante y se hace el breath test: si en la respiración
se encuentra más cantidad de hidrogeno entonces el paciente padece la
enfermedad. La duración de la prueba es 2-3 horas.
Otras alternativas diagnosticas son la biopsia duodenal y
una especifica analítica de la sangre.
Síntomas
Cuando la enzima
lactasa no se produce en cantidad, la lactosa pasa sin haber sido digerida al
colon donde la microflora lo transforma en hidrogeno y ácidos orgánicos. Elevadas
cantidades de hidrogeno provocan hinchazones, tensión abdominal y meteorismo;
al no haber digerido la lactosa, el intestino necesita más agua que luego puede
ser causa de diarreas.
Los síntomas suelen aparecer de 30 minutos a 2 horas después
de haber tomado alimentos con lactosa.
Cura y Dieta
La sola cura para los intolerantes a la lactosa es la eliminación
o la reducción de la lactosa en la dieta, según el nivel de intolerancia que el
sujeto padece. La única forma de saber que nivel de tolerancia es la de ensayo
y error, ayudándonos con las etiquetas de los ingredientes de cada producto que
solemos comprar.
La eliminación de la lactosa de la dieta no es tan
sencillo, porque la lactosa no es solamente el principal azúcar de la leche,
sino que se encuentra en yogures, en la nata, en la mantequilla, en los quesos
frescos. Además, en trazas, se puede encontrar en cebollas, brócolis, huevos y más
alimentos, porque es un aditivo presente en los embutidos, en los fármacos y en
los integradores alimenticios.
Igualmente es posible encontrar la lactosa en los
productos preparados comercialmente como:
•pan y otros productos de horno
•cereales para desayunar
•pure de patatas instantáneo
•margarina
•carnes
•ensalada
•caramelos y otros snacks
•preparados para churros, galletas y bizcochos
•congelados
Aprender a leer con atención las etiquetas de los
alimentos en búsqueda de la presencia de leche y lactosa, suero de leche o
derivados de la leche se convierte más bien en una necesidad.
Además, la lactosa es utilizada en mas del 20% de los fármacos
en los cuales hace falta receta medica y alrededor del 6% de los medicamentos
que se pueden comprar sin receta; de todas forma estos productos no son
aconsejables para las personas que sufren grave intolerancia a la lactosa.
Otros problemas
Si se elimina la lactosa de la dieta empeora la absorción
del calcio y consecuentemente una mala mineralización ósea. Por esta razón es
buena aptitud incluir en la dieta quesos a bajo contenido de lactosa y
integradores a base de calcio.
Además, existen comprimidos que se toman junto al alimento
que contiene lactosa para facilitar su asimilación. Todavía el utilizar estos
comprimidos no asegura al completo la manifestación de los síntomas.
Para aumentar el aporte de calcio hay que recordar que
esta sustancia se encuentra, en menores cantidades, en las legumbres, en el
pescado, en las nueces, en las algas y en alguna verdura verde. Es totalmente
ausente en alcohol y azúcar.
Dr.ssa Angela Nanni
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