jueves, 15 de noviembre de 2012

¿Qué es la intolerancia a la lactosa?

Es la incapacidad de desdoblar la lactosa en sus azúcares constituyentes por falta o déficit de lactasa. En estas circunstancias la lactosa queda en la luz intestinal y es susceptible de generar una serie de molestias a lo largo del tubo digestivo. Son relativamente frecuentes los síntomas referentes a heces acuosas y diarreicas, distensión abdominal con o sin dolor, flatulencia, etc.



¿Qué tipos de intolerantes a la lactosa existen?


Existen tres grandes tipos de cuadros relacionados con la intolerancia a la lactosa:


- Aquel que deriva de un descenso constante y paulatino de la actividad lactásica a partir de los 4 a 6 años hasta casi desaparecer por completo o casi por completo. Este tipo de intolerancia se denomina primaria, es permanente y está muy relacionada con factores étnicos y genéticos. En nuestro entorno es la menos frecuente.


- Aquellos cuadros en los que la presencia de lactasa (la enzima) disminuye o desaparece como resultado de alguna circunstancia pasajera relacionada con el tracto digestivo, es frecuente por ejemplo en el caso de trastornos gastrointestinales causados por infecciones víricas. Esta intolerancia se denomina secundaria, es temporal y con el tiempo normalmente se recupera la actividad lactásica y se deja de ser “intolerante”. 


- Por último, la deficiencia congénita de lactasa que es una enfermedad metabólica en la que el recién nacido viene al mundo sin la capacidad de digerir la lactosa y por tanto sin la posibilidad de aprovechar el alimento de su madre. Es un cuadro afortunadamente infrecuente ya que la leche materna es una de las leches más ricas en lactosa de todas las especies de mamíferos. Hasta la aparición de los preparados artificiales sin lactosa esta era una circunstancia consecuencias fatales para el bebé.


¿Tiene cura la intolerancia a la lactosa?


En los casos de la intolerancia primaria y en el de déficit congénito de lactasa, no hay cura.
En el primer caso su situación está relacionada con aspectos genéticos muy vinculados a la raza o etnia del sujeto en cuestión.
En el segundo caso se trata de un error en el metabolismo de los hidratos de carbono sobre el que se desconocen las causas que lo propician. Sin embargo los cuadros de intolerancia secundaria son pasajeros y habitualmente la intolerancia revierte tras haber tratado la circunstancia que la provocaba (diarrea, infecciones, quimioterapia, etc.)

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